Cuando la derecha llega al gobierno y hace todo lo contrario de lo que promete, cuando los gremios empresariales obligan al gobierno elegido a abandonar su programa y hacer el que ellos ponen, ¿no se está violando la soberanía popular, la esencia de la democracia?. Pero eso no le importa a El Comercio, entonces sí aplaude a rabiar y celebra con sus amigotes de la CONFIEP.

Pero cuando Verónika Mendoza afirma que la única fórmula de salida a la crisis que vivimos es que Vizcarra llame a nuevas elecciones, se cambie la legislación electoral y se abra un proceso de transición, entonces el viejo vocero de la más vieja y resurrecta oligarquía peruana, sale a gritar con desesperación que eso no es constitucional.

Debería decir el viejo Comercio la verdad. Qué eso no va con la Constitución fujimorista que tanto defiende y que tantos beneficios económicos les ha dado; que eso no va con la Constitución que ha generado un modelo económico hecho para hacerse más rico a costa de eliminar derechos de los trabajadores; que eso no va con su Constitución, que hace rato no va con el futuro del país, como esta crisis ha demostrado.

La crisis abrió la posibilidad de confrontar entre dos visiones, las de los ladrones que se levantan los recursos de todos los peruanos y que es la que defiende El Comercio y la de la mayoría ciudadana que piensa en el desarrollo del país, con derechos para los peruanos y con los recursos nacionales al servicio del desarrollo nacional.

Por eso importa un proceso constituyente, para que los peruanos podamos optar democráticamente ahora sí, con qué visión nos quedamos de aquí para adelante, con la de los que deben defender sus propuestas desde los presidios por corruptos, o nos quedamos con las propuestas de los que queremos cambiar el país, para hacerlo un país de derechos para toda la gente y que estos derechos no sean papel mojado como hasta ahora.

Que El Comercio siga defendiendo la constitución de Fujimori, que siga defendiendo un modelo que ya tiene dos presidentes presos, uno amnistiado y dos por entrar a prisión; que El Comercio siga de abogado oficioso de la letrina de la derecha, no ha cambiado mucho desde su fundación en realidad.

A nosotros nos toca darle expresión política a la mayoría ciudadana que quiere un país distinto, hecho a la medida de los peruanos y su futuro; hoy la derecha ha comprado tiempo con Viscarra, sólo eso, no ha resuelto la crisis, porque la crisis es ella misma y su modelo y El Comercio lo sabe.